sábado, 16 de noviembre de 2013

Economías colaborativas. Juntos podemos.


Opciones 44¿Es la crisis un “motor para la creatividad colectiva”? En los últimos tiempos están surgiendo múltiples modelos comunitarios de consumo, o “economías colaborativas o comunitarias”. Sobre ellos la revista Opciones en su número 44 (Economías colaborativas) realiza un análisis en profundidad.
Las fórmulas colectivas están trascendiendo más allá de la consideración de fórmula de ahorro y se generalizan en el “mundo convencional”. Ya no es exclusivo de “sectores sociales más activistas”. Como decía Albert Cañigueral recientemente, “Antes compartir era de pobres y ahora es de listos”.
Revista Opciones pag.44
En la Guia Práctica (páginas 24-27) tenemos una selección de un centenar de servicios o bienes de ámbitos diversos que se ofrecen mediante fórmulas colaborativas
Estamos viviendo – continuamos leyendo en Opciones – un “giro en las normas sociales” de forma que“los comportamientos altruistas o cooperativos serán socialmente más valorados”. Esto nos lleva a una reflexión interesante: ¿consumiremos fórmulas colaborativas porque, dentro de nuestra pulsión consumista éstas nos dejan mejor conciencia? Si fuera así podríamos pensar que no es más que una moda, un “lavado de imagen” para empresas u organizaciones.  El reportaje recuerda cómo Elinor Ostrom, premio nobel de economía 2009,“demostró que [en determinadas condiciones] los sistemas de gestión basados en normas y sistemas de control creados por la comunidadpodían ser los más adecuados para garantizar un mantenimiento duradero de los recursos comunes”. Así que deberíamos construir iniciativas abiertas a la ampliación, dispuestas a transformaciones a gran escala, con “perspectiva del contexto general”.
Existen múltiples experiencias de consumo colaborativo, innovaciones comunitarias, economías solidarias, etc. La definición que la revista propone como común a todas ellas es la de:
“Espacios de experimentación colectiva
(Aunque en muchos casos no son nuevos, sino que vienen de tradiciones de asociacionismo y cooperativismo, sí es cierto que nos situamos en un mundo globalizado, contamos con las TIC y una cultura P2P, etc. Ahí radica la innovación de las propuestas).
- liderados por la sociedad civil o la comunidad
(Autoorganización para lograr los objetivos propuestos)
- para generar formas alternativas de satisfacer necesidades
(Servicios como alojamiento temporal o habitual, movilidad, finanzas, educación, energía, información, productos como alimentación higiene y otros)
- desde una mirada de transformación.
(Como comentábamos hace unos días, muchas de las iniciativas nacen con vocación de transformación social a otra escala.)
¿Y por qué la cooperación? ¿Qué nos aporta? Referido al consumo, el principio fundamental es que es más importante el uso del bien que su propiedad. En el interesante monográfico de la revista esPosible titulado “Tener o disfrutar” se profundiza en este aspecto. La acción de compartir es la respuesta lógica a esta necesidad. Por otro lado, aparte de un evidente ahorro económico en el consumo (ver por ej.consumocolaborativo.com), en lo cooperativo hay una parte importante de autorrealización, de sentir lo mucho de lo que somos capaces, de descubrir nuevas dimensiones, de construir comunidad (otra necesidad humana universal). Las dificultades para llegar a buen puerto no se pueden obviar y fundamentalmente provienen de fallos en los procesos de participación. La vinculación con la comunidad, la verdadera democracia en los procesos participativos y la transparencia son andítotos para esos errores.
Como la revista no tiene desperdicio no añadimos más a este breve sumario. Recomendamos la lectura deOpciones para conocer más de cerca este fenómeno y las más de cien  fórmulas colaborativas que nos proponen. El número vale 4,5 euros. Y lo puedes compartir.

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